Soy oriundo de San José, toda mi vida me paseé en la capital, siempre me ha gustado el tipo de estructura que posee, sus calles, sus edificios y por supuesto las personas de diferentes culturas y países que transitan ahí.
San José es una de las pocas capitales que hacen lo posible para mantener su historia viva a través de los edificios antiguos que algún inquilino a dejado atrás debido al crecimiento de la capital, pero ya por eso no deja de maravillar, más bien uno llega a pensar que la capital está viva, que cambia y se transforma con tal armonía que siempre deja alguna huella de historia de nuestras raíces a pesar de estar en constante modernización. La restauración de los antiguos edificios son claramente la prueba de la belleza que ellos trasmiten y que no quieren dejarla morir, no sólo edificios, San José posee parques de recreación muy antiguos y que están en constante mantenimiento, sirviendo así como pulmones para mitigar la contaminación que la capital produce, sentarse en las tardes en esos parques a disfrutar la vista, en donde el sol pasa entre los edificios y bañan suavemente las hojas de los árboles, contemplar a las personas que frecuentan el lugar, ya sea amigos, parejas, ancianos recordando viejas historias de ese mismo parque en el que algunas vez ellos jugaron, un vivo ejemplo es el estadio de Béisbol Antonio Escarre, es uno de los más viejos y en funcionamiento, es un claro testigo de cómo el tiempo ha pasado y aún sigue de pié, como un viejo roble, ofreciendo el mismo espectáculo desde el día que se inauguró.
Eso es lo que quiero demostrar en estas fotografías, lo hermosa que es mi capital, que a través de los años se moderniza pero mantiene viva su historia, que cambia constantemente a través del tiempo pero que respeta las estructuras arquitectónicas antiguas que habitan ahí, esa es mi capital, San José, una ciudad de historia y modernidad.
[email protected]