Callao, el puerto más importante del Perú, tiene una situación especial respecto del boxeo. Este deporte a lo largo de los años ha sido una ventana latente de oportunidades de desarrollo para muchos jóvenes, un espacio donde muchos de ellos aprendieron a dejar sus problemas en un ring y a encontrar un futuro a través de los guantes.
La mayoría de ellos son niños desfavorecidos que luchan por salir de la pobreza, las drogas y la delincuencia. El boxeo representa su lucha y el ring se convierte en un espacio subliminal donde se domestica la violencia a la que se enfrentan todos los días.
Las fotografías de los entrenamientos han sido tomadas en la escuela de boxeo Rojitas, el semillero más importante a nivel nacional al que acude una gran cantidad de boxeadores que comparten diversas facetas como padres adolescentes, jóvenes trabajadores, compañeros pero sobretodo niños.
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