El cuerpo humano es hermoso aunque no todo es lo que parece. Yo disfruto del camuflaje, de la polisemia latente en cada cuerpo que compone mi universo. Aún cuando haya escogido un bando determinado para concursar, la diversidad enriquece nuestros contextos y constituye un derecho humano de libre determinación.
No incluyo rostros porque no se persigo un interés documental sino más bien de representación. Me apoyo en el blanco y negro como abstracción de la realidad y plataforma de significación sobre la que proyecto una connotación mayor a mis imágenes. El cuerpo humano es el medio que empleo para el despliegue de mi cosmovisión.
Esta imágenes no se centran en los valores tradicionales que privilegian la belleza femenina como fetiche y como objeto de deseo de los hombres. Estas imágenes, podría decirse, son hermafroditas. Lo grotesco, lo inusual y lo indecible pueden resultar atractivos y sin duda, siempre provocadores.
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