Tajo Abierto explora un campamento minero ubicado al sur del Perú que actualmente se encuentra en funcionamiento y alberga aproximadamente a dos mil familias. Los personajes principales de la historia son mujeres, entre ellas mi madre, que viven en el campamento hace más de treinta años.
Ellas no trabajan para la empresa y no tienen la posibilidad de desarrollarse profesionalmente con libertad, teniendo que asumir en consecuencia el rol de amas de casa. Los hijos de este grupo de mujeres se han ido del campamento, lo cual ha afectado su sensación de pertenencia al espacio.
En las fotografías el territorio es visto como un paisaje idílico, con jardines amplios con vista a las montañas, pero donde la valoración afectiva se pierde fácilmente por ser un lugar desequilibrado y monótono a la vez, bello y a su vez triste.
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