Esclavas 2.0 Trata de Mujeres y Niñas en Argentina
“A mi hija la drogaban con pastillas y la inyectaban a diario…la sacaron una noche, encapuchada y apareció en un galpón, vestida con una pollerita corta y una remera escotada. Al lado de ella había varias chicas, todas asustadas. Estaban paradas ahí, en una rueda de hombres; las ponían allí a la venta y ofertaban plata…ella se acuerda de todas sus violaciones”. (Silvia, madre de Milagros, secuestrada a los 14 años. Logró escapar.)
La trata de personas adquiere variadas formas, aunque el fin siempre es el mismo: producir dinero sin que importe la condición humana. El cuerpo de la persona pasa a ser el medio por el cual se consigue el rédito buscado. Esclavas 2.0 es un trabajo que aborda la trata de mujeres con fines de explotación sexual en parte del territorio argentino. Trabajé con seis casos: varias familias que han sufrido el secuestro de sus hijas por parte de las redes de trata con fines de explotación sexual, y a a par me acerqué a sobrevivientes de este macabro delito. Algunas de esas niñas/mujeres lograron escapar, otras murieron y otras tantas continúan desaparecidas. Las imágenes fueron realizadas entre los años 2009 y 2014.
La esclavitud del Siglo XXI
Según OIT (Organización Internacional del Trabajo) casi 21 millones de personas son víctimas del trabajo forzoso en el mundo. Este delito genera una ganancia aproximada de 150.000 millones de dólares anuales. Las dos terceras partes de esta cifra son producto de la explotación sexual. Argentina se ha convertido en un país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata. Mujeres y niñas dominicanas, paraguayas y peruanas ingresan al país para ser explotadas en todo el territorio. Las argentinas forman parte de este mercado o son trasladadas, principalmente a Europa. Si bien Argentina desde el año 2008 cuenta con una ley contra la trata (ley 26.842), los avances son lentos y existe gran corrupción. “…la policía me hizo ir a reconocer el cuerpo de una niña…cuando la vi les dije que no era mi hija. Me hicieron pasar a ver el cadáver 10 veces. Hasta que la pusieron de espaldas y el lunar de nacimiento no estaba…luego me llevaron a una comisaría y el comisario me quiso obligar a firmara una declaración donde yo asumía haber matado a mi hija en un “aborto casero”. Me negué y me puso un arma en la cabeza para obligarme. Yo le dije: ¡máteme, total yo ya estoy muerta!...” (Teresa, madre de Peli, secuestrada a los 13 años. Continúa desaparecida.)
La contención a las víctimas todavía es muy pobre, dejándolas expuestas nuevamente a ser cooptadas o no ayudándolas en su recuperación. La discriminación por género lleva a que nuestra sociedad conciba el cuerpo de las mujeres como un producto. La TV y las publicidades alimentan esta idea. La cultura del macho y del consumo refuerza sus pilares. Desaparecen niñas y mujeres. Con su ausencia aparece la lucha de sus familias quienes se convierten en investigadores, detectives; en personas que jamás pensaron que serían. Casi en soledad caminan oscuros senderos, marcados por datos que van recopilando. Ya no temen a nada. “…no saber que hacían con tu hija te hace sentir que no podes quedarte quieta, sin nada. Hay que luchar para que esto no exista más” (Margarita Meira. Madre de Susy, asesinada en 1990 en Buenos Aires).
Resumen de los casos que conforman el trabajo
Dana Josefina Dora Pecci (asesinada en noviembre de 2007, a los 20 años). Dana tenía 16 años cuando cayó en una red de trata de personas en la localidad de Olavarría, Pcia. de Bs. As. Cuatro años después, cuando quiso escapar junto a su beba, la persona que la explotaba y que además era padre de esa niña (Pedro Rudecindo Adorno), le disparó y la dejó abandonada en la ruta. Dana vivió dos días y pudo decir su nombre, el de su asesino y dar datos de su madre. Aún así fue enterrada como NN en el cementerio de La Plata. Adorno fue condenado a 11 años, fue prófugo y finalmente, falleció en prisión. Esa beba, que hoy ya tiene 10 años, se encuentra, por determinación de la Justicia, bajo la guarda de uno de los hijos de Adorno.
Adriana Gordó de Rivas, madre de Dana Pecci, la buscó incansablemente, hasta enterarse de la muerte de su hija y existencia de su nieta, por el llamado de una periodista del diario El Popular de Olavarría, un año después de fallecida. Abuela y nieta se conocieron, pero la presión de la familia que tiene la guarda ha logrado que no volvieran a vincularse. “Justicia”, para Adriana, es una palabra extraña. Sueña con vivir junto a esa niña, lo único que queda vivo de Dana en la tierra.
Ramona Nicolasa “Peli” Mercado:
(desaparecida desde Abril de 2006). Ramona Nicolasa “Peli” Mercado tenía 13 años cuando caminó unas cuadras para llevarle un pantalón a su mamá que estaba en casa de una vecina del barrio El Sembrador de La Rioja capital. En ese momento un auto la levantó y nunca más la volvieron a ver. Beatriz y Rubén (mamá y papá de Peli) junto a su familia, han buscado a Peli y siguen haciéndolo. La policía de La Rioja presionó de manera muy violenta a la madre de Peli para que se auto inculpara en el supuesto asesinato de su propia hija, haciéndola querer firmar una declaración donde aceptaba que había querido realizarle un aborto en su casa y las cosas habían salido mal. Peli fue vista en prostíbulos de Córdoba y La Pampa, eso es lo último que se supo de ella. “-Nosotros hemos trabajado más que la policía. No tuvimos paz” Teresa Beatriz Yacante (mamá de Peli).
Susana Betker (asesinada en el año 1992, a los 18 años).
Graciela Susana Betker de 17 años, desaparece de su casa en el año 1991. Su mamá, Margarita Meira, tenía un embarazo de 3 meses en ese momento. Lo único que sabía era que estaba con un hombre. Caminando e investigando, un año después encuentró a su hija. Susy fue hallada muerta en un departamento, en la Ciudad de Buenos Aires. Nunca se pudo hacer justicia. La policía dijo que la muerte era dudosa porque el departamento estaba “tapado” para que no entrara aire. “Ella tenía golpes. El juez mandó tres peritos que nunca se pusiero de acuerdo, y entonces es como que nadie es culpable.” Margarita pudo investigar al hombre con el que estaba su hija y se enteró que era cercano a dueños de prostíbulos. Amigas de Susy le contaron que su supuesto novio, la obligaba a prostituirse. Con el tiempo se enteraron de que la habían explotado en Cocodrilo, Shampoo y Rush, reconocidos prostíbulos de Capital Federal. Pero la causa jamás avanzó en ese sentido. “-Esas cosas de no saber que hacían con tu hija te hacen sentir que no podes no hacer nada.” Margarita Meira. Hoy Margarita forma parte de Madres Víctimas de Trata, asociación de familiares, amigxs y víctimas de este feroz delito.
Sonia (sobreviviente).
Sonia tenía 13 años cuando la dueña del bar donde trabajaba (en Paraguay) la “marcó”. La mujer, le sacaba fotos con ropa interior “jugando”. Un día una clienta del bar le ofreció trabajar en su casa, en Argentina. Sonia aceptó. Sin documentos y con lo puesto cruzó la frontera. Venía llena de ilusión y esperanzas de mandar plata a su familia desde el país vecino. “-Cuando llegué al prostíbulo todavía pensaba que iba a trabajar. De hecho vi que había mesas con sillas y les dije…Ah! tienen un bar… de ahí me llevaron a una habitación. Cuando entré había 3 o cuatro pibas durmiendo (eran eso de las tres de la tarde) y estaban medio desnudas todas. Empecé a charlar y me dijeron que yo había venido a trabajar para estar con hombres. Yo les decía que no, que a mí me había traído una señora para trabajar con ella en su casa. Me decían que eso era lo que les decían a todas pero que eso era mentira y que yo estaba ahí para coger. Que después me iban a traer ropa para que trabajara. Yo no sabía que creer, pensaba que me estaban cargando. Más tarde vino el dueño del lugar, me dio ropa y me dijo que esa noche iba a ir un señor para estar conmigo“Se buenita con él que pagó bien por vos. Y más vale que seas virgen porque me costaste bastante pendeja.” Sonia estuvo en ese prostíbulo (ubicado en zona norte del Gran Bs. As.) hasta los 17 años cuando logró escapar con ayuda de un cliente. Cuatro años de su vida encerrada y obligada a la prostitución, a realizarse abortos, a sentir ganas de escaparse todos los días. Hoy logró formar su familia y es parte de Madres Víctimas de Trata, asociación de familiares, amigxs y víctimas de este feroz delito.
Florencia Penacchi (desaparecida desde Marzo de 2005).
Florencia se trasladó desde Neuquén a la Ciudad de Buenos Aires, exactamente al barrio de Palermo. Comenzó a cursar la carrera de de Economía en la UBA. Una noche, a la edad de 18 años, desapareció y hoy continúa en esa situación. Familiares y amigxs no han dejado de buscarla ni de exigir justicia a través de infinidad de medios. Como pasa en muchos casos, sin el empuje de ellxs las causas no avanzan: “durante cinco meses, la brigada de la División Antisecuestros Extorsivos de la Policía Federal realizó un trabajo de inteligencia sobre el dueño de un número que nadie cercano/a a Florencia conocía. Sin embargo, producto de una serie de “errores técnicos” el fiscal tardó casi un año en citarlo a declarar. En el primer aniversario de la desaparición de Florencia, familiares, amigas/os, compañeras/os denunciamos públicamente que aún no había declarado un testigo clave, recién entonces esta persona fue llamada a declarar. Su testimonio aportó datos que son fundamentales para saber qué pasó con Florencia: el último lugar donde estuvo y las personas que estaban en ese lugar. Sin embargo, hasta la fecha no se ha realizado ningún tipo de tareas sobre esta declaración” Con el paso del tiempo, las señales fueron llevando todo hacia un destino inesperado: “Un recorrido de contactos e investigación fueron, conduciéndonos hacia la posibilidad concreta de que Florencia se encontrara secuestrada por una red de Trata de Mujeres. Visitamos a Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, quien nos informó que una víctima de trata recuperada había reconocido a Florencia en prostíbulos de Córdoba, precisamente en Inriville. Luego, tres testigas declararon haberla visto en prostíbulos de otras provincias del país.”
Milagros González (sobreviviente).
En marzo de 2013, Milagros fue entregada por una amiga y secuestrada por una red de trata. En ese momento tenía 14 años. Estuvo encerrada en una casa de la Villa Betharram, en Adrogué, junto a varias chicas más. Fue drogada, violada y prostituida. ”-Una noche me llevaron a la Villa 1-11-14, a un galpón. Unos señores me sacaban fotos. Hablaban de cuánta plata tenían para darles a los que me llevaron. Un señor dijo que tenía 500 pesos y un chino dijo 800. Uno de los que me llevó dijo: ‘Está vendida’.” (M.G.) Luego de diez días encerrada, no sabe por qué alguien abrió la puerta para dejarla ir, aunque la familia de Mili cree que la persistencia de su madre movilizó a la policía y eso los obligó a deshacerse de ella. Hoy vive internada en una clínica donde la ayudan a seguir adelante. Milagros tenía retraso madurativo en el momento del secuestro. Luego de esta situación le diagnosticaron esquizofrenia. La causa de Mili tiene imputados, pero nadie preso ni procesado. Como sucede en la mayoría de los casos, hay efectivos de la policía involucrados. Silvia, su madre, desde el día cero movió todo para encontrarla, y una vez aparecida para que su causa llegue a algo. Hoy forma parte de Madres Víctimas de Trata, asociación de familiares, amigxs y víctimas de este feróz delito.
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